García Curten expuso en el Centro Cultural Borges

Fotos gentileza: Sergio Ortega

Desde el del jueves y durante el fin de semana pasado el artista sampedrino García Curten expuso en el Centro Cultural Borges de la ciudad de Buenos Aires, sus cuadros. La muestra fue muy visitada por otros artistas, que quedaron encantados con los trabajos y también por muchos sampedrinos.

Hacía más de dos décadas que Curten no exponía, en esta oportunidad se pudieron apreciar gran parte de sus dibujos en el marco del proyecto “La línea piensa”. El mismo nace del convencimiento de que el dibujo en y de nuestro país no está lo suficientemente valorado a pesar de tener extraordinarios cultores. Y su propósito principal es contribuir a llenar ese vacío.

Si bien se suele asociar casi con exclusividad la palabra dibujo a la de representación, los autores de este proyecto quieren destacar el acto de dibujar como el del desarrollo de un pensamiento lineal: una línea lleva a otra línea como un silogismo gráfico.

En el catálogo de la muestra, Luis Felipe Noé hace referencia a García Curten del siguiente modo:

El sorprendente García Curten

Fernando García Curten –tan excelente escultor y dibujante como desconocido por la mayor parte de nuestra tribu artística- vive en su casa natal de San Pedro (Provincia de Buenos Aires) convertida en 1992 en un museo que lleva su nombre, al cual él dirige, por decisión de la Legislatura de esa ciudad. Ya han transcurrido veinte años desde la última y sorprendente exposición de esculturas que realizó en el Centro Cultural Recoleta. Ahora La línea piensa tiene el orgullo de presentar por primera vez en Buenos Aires una antología de dibujos de este notable maestro.

Su aislamiento contrasta con el hecho de que la casa-museo es visitada constantemente por argentinos y extranjeros que en su mayor parte viajan especialmente a San Pedro con ese fin. Se encuentran allí –luego de atravesar un pequeño bosque de exuberantes plantas – con sus imponentes esculturas. Estas, hechas de maderas –que se ensamblan como luchando entre ellas, se superponen, se entrecruzan, se muerden- configuran, cada una, batallas por la sobrevivencia humana. Del conglomerado de estas surgen como gritos figuras que se enuncian y se abstraen simultáneamente. Algo así como cuando hablando de una persona concreta la rodeamos de conceptos abstractos y de calificativos que se contradicen entre sí, de tal modo, que ella ya no es ella, sino una bola de nieve (en este caso de madera) que se echa a rodar. Y por cierto, que una de sus esculturas es una descomunal rueda. En otras las figuras deshacen su identidad en el amasijo de las maderas. Por algo, García Curten trabaja con ese material En China oí decir la sorprendente y paradójica afirmación de que el árbol ha sido la primera presencia humana en la tierra.

El visitante del museo también se encontrará con algunas pinturas pero, sobre todo, con una gran cantidad de dibujos. Estos tienen en común con las esculturas la crispación astillada pero, esta vez, hecha a puras líneas. Nos ayudan a volver a contemplar sus esculturas y hallar en la coalición de trozos de madera la presencia de líneas como si fueran dibujos. Y vueltos a encontrar en el entrecruzamiento de líneas una concepción matérica del dibujo. En un arte como en el otro, García Curten nos presenta estallidos. Pero, si en sus esculturas – por propia naturaleza de este lenguaje artístico- existe un eje totémico, en los dibujos es el mundo que estalla. Eso hace que a pesar de sus tamaños de papeles normales tengan presencia de murales. Si las esculturas existen en el espacio, éste está adentro de los dibujos. Por ende, por este hecho, adquieren total autonomía. En todos ellos hay un eje temático-literario que nos está queriendo decir un mensaje, pero el espectador al recibirlo casi se olvida de la concreta referencia y recibe una cosmovisión, como pocos artistas la tienen del mundo en que vivimos. Entrar en ellos es fascinante y es descubrir el secreto de su aparente aislamiento: tomar distancia para ver el conjunto. Y así, brinda un todo donde la línea va sopesando la participación concreta de los elementos que la integran y que van configurando un Imago mundi , como si fuesen vistas aéreas de la tragedia humana. Pero, para transmitirla a esta , él bien sabe que hay que hacerlo sin perder el salvador sentido del humor: ese ver el reverso de las cosas.

Quiero finalizar este prólogo con una salvedad y una advertencia. La primera es que no es recomendable tratar de entender estas obras bajo el calificativo de expresionitas. Como un auténtico artista, él cumple el axioma de Rimbaud yo es otro. García Curten en su quehacer artístico viaja a la otredad de su yo. Ahora la advertencia: García Curten es un ejemplo de que al arte argentino hay que descubrirlo en todos los rincones del país.

Luis Felipe Noé, Mayo 2010

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