Procesan a detenidos en zona de San Pedro, acusados de haber iniciado fuego en las islas
La Justicia Federal con asiento en Victoria (Entre Ríos) procesó a seis apicultores y a un puestero bajo el delito de incendio doloso en el marco de los incendios producidos en las islas del Delta del Paraná. Se les impuso la prohibición total para ingresar a la zona del Delta del Paraná durante los próximos 90 días y se les trabó embargo de sus bienes. Las penas establecen de 3 a 10 años.
Se trata de un primer paso de detenciones que se realizaron “in fraganti”, mientras se aguardan resultados de datos catastrales y otras pericias para determinar responsabilidades en las quemas. Se trata de detenidos en zonas de islas entre San Pedro y el área frente a Rosario.
Se trató del primer procesamiento tras años de investigaciones, muchas de ellas sin resultados concretos. Incluso, el municipio de Rosario se presentó como querellante en estas causas y se puso a disposición de la Justicia para ampliar información. La reiteración de las quemas en los mismos terrenos en forma sostenida y reiterada fueron un dato subrayado por el Ejecutivo rosarino.
El juez federal con asiento en Victoria, Federico Martín, procesó a los siete con penas establecidas entre los 3 y 10 años de prisión; se les embargaron bienes y se les prohibió ingresar al sector afectado al menos por 90 días. Se los procesó bajo la imputación de incendio doloso y como generadores de un peligro común para los bienes y personas en forma indeterminada.
Cabe recordar que el 14 de agosto pasado, en la zona del arroyo El Tigre, justo frente a San Pedro y en juridiscción de Gualeguay habían sido detenidos los primeros tres apicultores que producían una quema. En un avistaje aéreo se pudo detectar el foco ígneo en tiempo real. En aquel momento se montó un operativo por tierra y agua en conjunto con la policía entrerriana.
Los tres detenidos fueron un hombre de 54 años, y sus dos hijos de 22 y 18 años. Todos ellos habían manifestado ser apicultores que estaban en el lugar realizando un contrafuego para impedir el avance de las llamas que ellos no habían provocado. Se había argumentado que se hizo para proteger los panales que explotaban en el lugar. La dimensión del fuego se determinó en un radio de un kilómetro y medio con lenguas de 40 metros de alto.